martes, 8 de diciembre de 2009

ESCUADRÓN DE LA MUERTE: FANTASÍA O REALIDAD

Muchas veces la realidad supera la ficción. En los últimos días hemos escuchado y leído en los medios de comunicación masiva sobre el denominado Escuadrón de la Muerte que opera en la ciudad de Trujillo, formados al margen de la ley para frenar el incremento del ampa en tal ciudad, pero con un método particular característico del Nazismo, Stalinismo o del Fujimorismo, el Asesinato.
La verdad que al preguntar a los pobladores de la ciudad Trujillana sobre dicho grupo clandestino, éstos se encuentran totalmente de acuerdo con tal accionar, pero ¿por qué?, sencillamente porque no hay credibilidad en las Instituciones que en su conjunto realizan labor jurisdiccional.
La Policía Nacional del Perú es una Institución destinada originariamente a brindar la seguridad a la ciudadanía de una localidad, y dentro de sus labores están investigar y tratar al máximo de prevenir la comisión de un hecho punible, pero como decía un filósofo del derecho alemán contemporáneo, "en cuestiones preventivas el derecho siempre llegar tarde", expresión muy cierta y que no podemos mentir.
Entonces, la sociedad al tener una formación más temperamental que jurídica estaría de acuerdo con acciones más drásticas que el cause legal, esto implica que cuando es difícil intervenir por las instituciones legalmente constituídas es necesario la intervención del agredido o de la futura víctima potencial, lo que justifica - para su concepto - la creación de un aparato al margen de la ley destinado a ejecutar extrajudicialmente a un delincuente y por tanto, estaríamos hablando de unos Asesinos matando asesinos, imperando así ya la Anarquía en un disfraz del Estado de Derecho.
Al referirme a la existencia de la Anarquía en un Estado de Derecho por más contradictorio que parezca es cierto, porque si existiese Estado de Derecho donde el respeto supremo de los derechos fundamentales es lo prioritario, entonces habrían instituciones efectivas y eficientes que tratarían de minimizar legalmente la delincuencia.
Hoy se viene hablando del Derecho Global o Global Law y del Neoconstitucionalismo, y la verdad que pasadas las dos grandes guerras mundiales y guerras civiles en europa y mundo entero podemos comprender que no podemos actuar individualmente ni poner límites a las fronteras sino que, cuando hablemos de derechos que correspondan a la humanidad en su conjunto deberá ser ésta la directamente afectada y quién juzgue todo accionar inhumano.
Bajo tal perspectiva de un Derecho Mundial, entendemos que nada justifica el sacrificio de un delincuente por más avezado que este pueda ser, porque todos tenemos derechos y lo principal es la defensa de nuesta vida y dignidad.
Sin embargo, para el sentir popular los delincuentes jamás se apiadan de un o una joven inocente, no respetándole su derechos y por tanto, ellos tampoco los tienen; considerando que los Derechos humanos es sinónimo de la peor barbarie creada por el hombre para parametrar el incremento de la delincuencia, así que jamás existe el Estado de Derecho porque ambos son términos tan complejos y a la vez tan diferentes - sería como hacer política partidaria al momento de sentenciar a un procesado del partido de oposición.
La verdad que para hablar del tema del escuadrón de la muerte y de su accionar, debemos afianzarnos de toda la información e investigación completa para poder opinar, y si ya la existen debemos también escuchar las versiones de los ejecutores, puesto que el fin último de tal accionar es poner un límite a la delincuencia por la inercia de los órganos jurisdiccionales, pero esto tampoco justifica dicho accionar delictivo, el cual debe ser sancionado por atentar contra los derechos humanos de un delincuente. ¡Vaya!, se escucha paradógico, derechos humanos de un violador de derechos humanos.
En fin, lo que sí estoy de acuerdo es que a los miembros de la PNP y de las Fuerzas Armadas no se les debería procesar por emplear las armas en pleno ejercicio de sus funciones y cuando se ponga en riesgo su integridad física y de la sociedad en su conjunto, pero esto no puede ser una maniobra para crear la figura de un enfrentamiento cuando el objetivo ya premeditado es exterminar delincuentes.
Filosofemos más para hablar de Derechos Humanos y de Estado de Derecho; expresiones tan puras y altamente magníficas que debemos luchar por alcanzar su original contenido.