sábado, 14 de noviembre de 2009

EL VIEJO MAESTRO LENÍN - PARTE II

Sin duda alguna, Lenín fue la pasión encarnada por la lucha contra la explotación del hombre por el hombre. Cuenta la historia como anécdota que un camarada estaba con su hijo a Siberia - eran tiempos en que se aproximaba la revolución de octubre - e ingresaron a una tienda con la finalidad de comprar algo, cuando de pronto ingresó un hombre misterioso y con una fuerte voz de mando y de pronto golpeó la mesa y pidió unos cigarrillos, entonces el niño le preguntó a su padre ¿Quién es ese hombre a quien le sirven con mucha rapidez?, y éste admirado y con la boca abierta le respondió: "Ese hombre que vez allí está haciendo temblar a todo el mundo en bien del socialismo", él es Lenín hijo mío. Impresionante experiencia para un niño que jamás volvería tener el alto orgullo de haber conocido a este máximo líder.
Naturalmente que, muchas personas sin haber leído con profundidad a Lenín tienen una mala concepción del mismo, por lo que es necesario hacer hincapié que hablar de Lenín es totalmente diferente a hablar al régimen Soviético implantado a partir de 1929 por José Stalín, quién a parte de disponer que en la Ex-URSS se haga un culto a su personalidad, era un hombre que a pesar de su profunda ignorancia en el trato para con las personas al haber implantado las purgas con la finalidad de ejecutar a todo aquel que se oponga al pensamiento socialista implantado por él mismo, distorcionó la sana y noble concepción marxista-leninista, la más elevada corriente humana que jamás haya existido, después de la filosofía de Jesucristo.
Lenín, aproximadamente en 1920 a 1922 no se sentía completamente seguro de la personalidad de Stalin y de quién empezaba ya a dudar, puesto que al haber éste adquirido un impresionante poder en el partido comunista ruso (P.C.R) se creía ya omnipotente; pero como Lenín se encontraba ya enfermo y necesitaba de alguién en quién confiar para su testamento, en el cual se narra claramente la desconfianza que sentía ya por Iosiv Stalin, y que era necesario confiar en la personalidad de Leiv Trotsky, a quién Stalin persiguió hasta la ciudad de Cayoacán - México (a través de Ramón y Caridad Mercader) y darle finalmente muerte en 1940.
Entonces, la humanidad no puede echarle culpa a Lenín de los excesos cometidos en la EX-URSS por mentalidades enfermisas y autoritaristas como Stalin. Lenín sin lugar a dudas tenía una gran personalidad que jamás se corrompió por el poder ni corrompía a los demás, su cualidad era ser una persona muy Franca y si ha alguién no le parecía lo que este opinaba, debía decírselo en ese momento.
En síntesis, confío profundamente en el viejo maestro Lenín en el legado que ha dejado a la humanidad, puesto que el hombre no sólo debe decirle sí a quién depende sino, como cierta vez decía el pensador americano Noam Chomsky: "La manera de hacer las cosas no es tratar de persuadir a los demás de que uno tiene la razón sino desafiarles a que piensen por sí mismos"; así, Lenín se ha convertido en un hito de la Historia Universal, y no debemos dejar que sus detractores dañen la memoria del hombre que sin esperar nada a cambio luchó por los demás sin importarle su propia salud, puesto que su objetivo final era una sociedad justa en base a la igualdad.
Maestro Lenín, nos ha resultado corto el tiempo y espacio para poder dedicarte estas línea y espero la humanidad difunda tu buen legado. ¡Viva la libertad, y respeto de la dignidad del hombre! ¡No a la opresión!.



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