lunes, 2 de noviembre de 2009

¿UNA VIDA ES CUESTIÓN DE DECISIÓN O NO?

Los parlamentarios y noticieros nacionales han puesto en polémica una vez más el tema de la despenalización del Aborto en casos que las mujeres hayan sufrido Violación contra su libertad sexual, como en casos en los que el feto nazca con malfromaciones congénitas, esto es, un Aborto Eugenésico.
Hoy, 02 de noviembre de 2009 el diario "Correo" de Lambayeque en su columna opinión se ha brindado la oportunidad de plantear éste tema a una joven señorita llamada Giovanna Constantitni, Periodista de profesión, quién ha escrito una interesantísima opinión titulada ¿Moralistas o Hipócritas? y me hizo reflexionar sobre como las diversas culturas en el mundo conciben el aborto y su actuación legal al respecto. China es un país muy sobrepoblado en el mundo, y por lo mismo el gobierno chino no es sencible ante un embarazo de una mujer que ya tiene una familia de más de tres personas, esto es, no es una política reproductiva tolerante. Esta ausencia de política reproductiva tolerante se debe a que en dicho territorio no hay más cabida para nuevas personas, y por tanto la mejor solución es cortar esa vida (vida humana dependiente) a tiempo antes que adquiera su calidad de persona humana (vida humana independiente).
Entonces, la periodista Giovanna Constantini señala algo muy cierto, esta polémica se desata en que muchas personas erróneamente han considerado que se está tratando en sentido lato sobre la Despenalización del Aborto pero la polémica no va por allí, sino sólo en casos que las mujeres hayan sufrido Violaciones sexuales dentro o fuera del matrimonio en contra de su voluntad, y cuando el feto tenga malfromaciones congénitas. Por lo que, pienso que en estos casos sí debe procederse a practicar un aborto en razón a que para procrear debe hacerse con responsabilidad, voluntad, amor y perspectiva a futuro, sin embargo cuando una mujer es ultrajada sexualmente dichos supuestos no se evidencian, al contrario, muchas veces (no siempre) nace en la gestante un sentimiento de odio, rencor y muchas veces de suicidio.
Es muy cierto señalar que las personas que practican estas actividades quirúrgicas clandestinas no cuentan con un ambiente limpio (que reúna las condiciones de salubridad) y apto para tales prácticas, al contrario, son ambientes sucios y de un alto índice de riesgo de infección para la mujer, y que en muchos casos termina con la muerte de la misma; y lógicamente a esto tenemos que ponerle un freno, y la pregunta es ¿Cómo hacerlo?. Ante esta interrogante una respuesta sería Legalizando tales prácticas. Considero muy modestamente que no se trata de buscar un cómo, sino en crear conciencia, y esto implica una decisión muy madura y suficiente no sólo de la mujer, sino de la pareja o de la familia y la sociedad en general, aunque se lea algo ridículo puesto que estas prácticas no se consultan sino se ejecutan y punto sin que nadie lo sepa porque no se tiene porque saber. ¡Ay Dios!, como señalé en un escrito anterior, acá hay que pensar no como varón muchas veces, sino como mujer en un 100%. Estar en la posición de una femenina gestante es muy difícil, y mayor aún cuando se ha producido una violacion sexual en contra de su voluntad o cuando ha recibido una notifica médica que la futura persona humana nacerá con problemas que a futuro traerá consigo penas y complejos muchas veces para el(la) mismo(a).
Creo que una política de educación sexual no es suficiente, sino en crear conciencia no sólo en los varones sino en aquellas personas que educan, quienes juegan un rol importantísimo para la toma de una decisión de tales mujeres que, siendo yo varón y poniéndome un segundo en su lugar es difícil tomar una decisión de tal envergadura; y el crear conciencia implica que estos actos no deben practicarse así por así en caso sea legal, sino que su realización sólo deba darse cuando ha ocurrido una desgracia y a efectos prevenir a tiempo un sufrimiento futuro por parte del feto y de la futura madre. Por ello esto no es un tema de quien los difunde ni de una ley que legaliza y no pasó nada, sino de lo importante que es tomar conciencia de una sabia decisión, y no caer en el juego que muchas mujeres dicen: "Yo decido en mi cuerpo", porque una vida no es cuestión de "yo decido", sino que esa decisión sea conciente, porque más adelante ocurrirá el caso que una mujer que ha sido violada por su marido (verbigracia) una vez y se pratique el aborto (por estar futuramente legalizado) y siga con el marido, y otra vez la ultraje contra su voluntad, y otra vez se practique el aborto por estar legalizado y esto se vuelva un círculo vicioso que no tenga cuando acabar.
Por estas razones, esto escapa de concepciones legales, sociales, naturalistas de la iglesia (que la vida solo la quita dios, porque de ser así dios sería asesino) sino en que sea la propia mujer quien cree conciencia en la toma de su decisión, y que si le ocurre una violación sexual contra su voluntad por parte de su marido, termine con éste y punto, y no caíga nuevamente en tal rutina que allí si considero es necesario proceder a la no despenalización del mismo.

1 comentario:

Silvani Reyes-Vassallo dijo...

La legalización del aborto sería una prueba más de la inclusión de la mujer a la sociedad masculina en la que vivimos. Legalización quiere decir libre albedrío bajo circunstancias específicas como violación o malformaciones congenitas irreparables. Si los hombres gestaran bebes, el aborto sería parte de la vida cotidiana. Dios sabe en las manos de quien pone las cosas.